Shout To The Lord

domingo, 8 de marzo de 2009


APRENDIENDO A VIVIR



"En la vida, las cartas están echadas.
Pero cada uno puede hacer con ellas un juego diferente
"


Hay un dicho que dice que el ser humano nunca deja de aprender, no importa cuan viejos estemos, siempre hay algo nuevo que aprender!


No será toda nuestra vida un aprendizaje? ¿No será que todo lo que nos ocurre no es sino escuela y oportunidad de crecimiento? ¿No será que nos resistimos a verlo así porque nos cuesta cambiar y preferimos la pseudoseguridad controlada a la novedad arriesgada, la instalación a la búsqueda, "lo malo conocido a lo bueno por conocer"?


Por otro lado, a medida que pasan los años, hay algo que se nos hace más y más evidente: lo realmente decisivo no es lo que nos sucede, sino aquello que hacemos con lo que nos sucede. Porque un mismo hecho puede construirnos o destruirnos, según sea nuestro modo de afrontarlo y vivirlo.


Lo que ocurre es que lo que hacemos no siempre nos es consciente. No es raro que nos encontremos tan condicionados que el acontecimiento mismo nos arrastre por derrotas que terminarán siendo más nefastas que el hecho en sí.

No es raro tampoco que nos sorprendamos a nosotros mismos en reacciones nada constructivas cuyo origen desconocemos.

No es raro, por fin, que nos veamos interiormente divididos entre actitudess contrarias ante la misma situación.


Y, sin embargo, a pesar de frustraciones y de fracasos, a pesar también de satisfacciones y de comodidades, a pesar incluso de que podamos equivocarnos en la lectura de lo que interiormente nos ocurre, a pesar todavía de que lo hayamos intentado sofocar con mil compensaciones, nada calma nuestro anhelo de vivir, nuestro dinamismo interior hacia un "más y mejor": la pasión por crecer.


Pues bien, si toda nuestra vida es aprendizaje; si lo realmente decisivo no es tanto lo que nos pasa, sino aquello que hacemos con lo que nos pasa; si no es extraño que nuestras reacciones sean las menos constructivas, porque estamos muy condicionados o muy alejados de nuestro mundo inconsciente; si, a pesar de todo, al menos en los mejores momentos, seguimos sintiendo un impulso interior a vivir con mayor plenitud…, necesitamos "bajar" de nuestro conformismo autosatisfecho, o "subir" de nuestro pesimismo autojustificado, o "salir" de nuestro vacío resignado, y aprender a vivir, en una tarea siempre inacabada y, por eso mismo, siempre fresca y novedosa, eternamente atrayente.


Aprender a vivir…, esa frase quenos dice que se tiene la certeza de que la vida misma va a ser nuestra primera maestra. Maestra sabia que, callada y misteriosamente, nos va a ir poniendo delante las circunstancias, personas, acontecimientos…, que necesitemos en un momento determinado para seguir aprendiendo.


¿No es cierto que, al volver nuestra vista hacia atrás, percibimos una fina coherencia en todo lo que nos ha ocurrido, como si una sabiduría misteriosa hubiera hecho posible armonizar los diferentes retazos de nuestra historia? ¿Qué nos hace suponer que no será del mismo modo en el futuro? ¿No nos hemos rendido, también, a la evidencia de que determinados hechos de nuestra vida, que nos resultaron particularmente incomprensibles o dolorosos, se han terminado revelando como los "maestros" precisos que, en ese momento, estábamos necesitando para seguir aprendiendo a vivir? No, no se trata de justificar el pasado, ni de propiciar una resignación barata, No. Se trata, mucho más sencillamente, de aprender a mirar, aprender a leer lo que nos ocurre y, detrás de ello, empezar a reflexionar sobre lo que Dios quiere decirnos.

Aprender a vivir es en particular, unificación y armonía. La unificación es otro nombre del amor, como fuerza agregadora, aditiva, centrípeta.


Vivir, como amar, es crecer y avanzar hacia algo creciente. El amor, por tanto, está al principio y al final, es origen y meta de la vida. Así pues, para que el proceso sea posible, tendrá que estar también en el medio, en el proceso mismo. No tiene nada de extraño que a Dios se le llame Amor, y que el amor cifre el núcleo más íntimo de toda la ética. Aprender a vivir es, ciertamente, aprender a amar.


0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio